El ecosistema digital se ha superado a sí mismo y nos ha vuelto a dar lecciones de vida. La coyuntura especial del coronavirus con las circunstancias que la han caracterizado ha potenciado la comunicación, la interrelación, el entretenimiento y la eficiencia. La llegada de TikTok, por ejemplo, que ha logrado superar a Snapchat y competir directamente con Instagram, nos ha mostrado que somos seres que conocemos y experimentamos a partir de la imagen. Esta nueva red social venida de oriente ha sido como un regalo de reyes magos. Tan impactante como probablemente efímero. El mismo análisis sirve para plataformas como Zoom, Meet y similares. El tiempo, es la categoría que más ha cambiado en estos meses. Los que hemos podido acceder a la tecnología, a una conexión adecuada a internet y a plataformas de home office y de entretenimiento, hemos podido disfrutar de un tiempo más eficiente y más personal. Sin olvidarnos nunca, de que la cascada digital y tecnológica ha mostrado también las enormes diferencias sociales de los países desarrollados. Si una crisis como la que vivimos es capaz de cambiar la categoría tiempo, solo alcanzable gracias a la inteligencia humana, debemos agradecerlo en buena medida a la comunicación digital. Esta ha llegado con retos inesperados y los ha superado.
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