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Quino y Mafalda, sabiduría eterna

Frente al fallecimiento de Quino, sólo queda el convencimiento de que somos eternos. Y de que el mensaje que transmiten algunas personas traspasa el espacio y el tiempo.


Muchos de nosotros lloramos profusamente al ver la viñeta testamentaria del grandísimo Quino: “Yo ya me voy ¿Vos te quedás? Y Mafalda responde: “Sí, yo me quedo acá”. No se puede decir más en 12 palabras, una imagen de Quino y una de Mafalda sobre un azul verdoso que invita a la quietud.Varias televisoras del mundo entrevistaban ayer a los vecinos de Quino.


La confirmación del buen vecino que era, de la persona normal y corriente, del analista de la agudeza, transmite la convicción de que Quino era Quino. Como dirían los argentinos: Y sí.Los mensajes de Quino transmitidos a través de la genialidad filosófica de Mafalda reinan en la inteligencia, revuelcan el alma en una aguda reflexión y logran anidar en la inteligencia emocional que en lenguaje común llamamos corazón. En síntesis: conceptos, reflexión y remoción.


Uno de los grandes aciertos de Quino fue que Mafalda fuera una niña, porque de niños, todos somos filósofos. Hacemos las preguntas y reparamos en los hechos en los que, de adultos, sólo los filósofos reparan. Gracias a la inocencia asociada a la niñez, Quino señalaba aspectos sociales que, viniendo de un adulto, caerían pesados. Solo los niños gozan de la licencia para decir cosas grandilocuentes y, obtener a cambio, carcajadas. Y así pasaba con Quino, nos compartía agudas observaciones y obtenía de nosotros, francas e involuntarias carcajadas.


El ser humano, homo vídens por excelencia, aprende, entiende y comprende por la experiencia visual, por lo que capta con los ojos, pues. No lo digo yo, lo confirma toda la línea filosófica de Aristóteles, Tomás de Aquino y otros excelentes filósofos. A la experiencia del conocimiento contribuye el mundo de la imagen en los Mass Media y social media, de la televisión a las redes sociales. No cabe duda que las más sesudas reflexiones se dan tanto en los libros de filosofía como en lo que habitualmente llamamos: caricaturas.


Claro que Mafalda no es una caricatura, es un personaje, una filósofa, un legado, un mensaje, un análisis, una crítica, una propuesta, un llamado, un tesoro. Mafalda, en sí misma es el mensaje. Las palabras expresan y explican lo que el personaje en sí mismo es.


La sabiduría de los siglos XX y XXI nos ha aportado hitos eternos y Quino con su personaje Mafalda es uno de ellos. Quino y Mafalda traspasaron fronteras con una propuesta de reflexión que oscila entre la profundidad y el humor. A través de tantas y tantas historias y comentarios ambos influyeron en todos los países de habla hispana. Los dos se constituyeron como los argentinos más universales.Quino, Mafalda, que eternos que sos.

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